nació en Bogotá (Cundinamarca) el 8 de noviembre de 1960. De ‘¡Asombroso!’ calificó Thierry Gaitán desde Chamberry lo conseguido por Francisco ‘Pacho’ Rodríguez en la quinta etapa del Dauphiné Liberé. Escribió entre otras cosas: “Ni la desviación pocos kilómetros antes de la meta, ni los cuatro títulos de Bernard Hinault en el Tour de Francia, tampoco el peso de la camiseta arco iris del campeón del mundo Greg Lemond, soportaron hoy la fuerza de Francisco ‘Pacho’ Rodríguez, quien con un segundo lugar en la jornada, detrás de Michel Laurent, pasó a vestir la camiseta de puntero.
Los 192 kilómetros que separan a Chamberry, pequeña localidad de Los Alpes franceses, en cercanías de Suiza, de Saint Julien en Genevois, de donde partió la fracción, pasaron a ser realmente inolvidables para el ciclismo colombiano. Rodríguez tiene ahora una ventaja de 45 segundos sobre el irlandés Stephen Roche, mientras Martín Ramírez es cuarto en la general.”
Y agregaba la crónica de Thierry: “Fue un final de infarto. Si en Colombia la gente estaba pegada a sus radios, no menos emoción se vivió en Chamberry. Faltaba un kilómetro para la llegada y el grupo de cuatro colombianos y tres profesionales no cedía un centímetro. Todos querían el triunfo. Los colombianos para ratificarse en su buen momento, los profesionales en busca de la reivindicación para evitar que su prestigio fuera pisoteado.
“El grupito se presentó en la recta de 400 metros antes de la línea. Las bicicletas se movieron peligrosamente de lado a lado y ‘Pacho’ Rodríguez aún tuvo la reserva para medirse codo a codo con los mejores. Hinault no pudo en ese embalaje. Cayó ante el poderío de Rodríguez, que hoy brilló para el mundo, al ratificar su regularidad en toda la temporada colombiana.
“Luego se empezaron a vivir siete minutos y medio de espera para ver llegar al líder Guy Gallopin. Comenzaron a aparecer corredores disgregados. Rodríguez concedía declaraciones a los periodistas colombianos y a la televisión francesa. Su hazaña ya comenzaba a superar la del día anterior. Cinco minutos, seis, siete… y por ningún lado Gallopin. El grito fue unánime cuando se cumplió el plazo y ‘Pacho’ Rodríguez adquiría el derecho a vestirse de amarillo. Era el nuevo líder del Dauphiné Liberé. Por primera vez en los 37 años de historia de esta carrera, un aficionado batía a los profesionales.”
En la siguiente etapa, sexta de la prueba, ‘Pacho’ Rodríguez, quien venía de ser segundo en la Clásica de Cundinamarca, en la Clásica de Antioquia, en el Clásico R-C-N y en la Vuelta a Colombia, en una temporada de ininterrumpidos éxitos, demostró toda su categoría.
Los 154 kilómetros que median entre Chamberry y Fontanille los cubrió en un tiempo de 4h 51m 02s, dejando en posiciones secundarias a Bernard Hinault y Greg Lemond a más de uno y dos minutos respectivamente. En la general individual se ubicó 3m y 56s por encima de su más enconado rival, el francés Hinault. Martín Ramírez, entre tanto, se encasilló cuarto en la general, con diferencia ligeramente superior a los cuatro minutos.
Una amenaza cierta para Rodríguez, el irlandés Stephen Roche, bajó al séptimo puesto, con diferencia de 10m y 55s.
Pero al día siguiente sucedió lo inesperado: Francisco ‘Pacho’ Rodríguez, aquejado de graves dolencias física en una articulación de la rodilla, debió abandonar la carrera cuando ésta transitaba por Grenoble, a escasos 30 kilómetros adelante de la línea de partida.
De inmediato el liderato lo asumió Bernard Hinault con precaria ventaja de 16 segundos, vigentes desde el día anterior, sobre otro colombiano de gran peligro, Martín Ramírez. El francés, al conocer el infortunio del corredor boyacense, incrementó su ritmo de carrera y primero en compañía de otros ciclistas europeos y luego en solitario, coronó los iniciales cuatro premios de montaña como ganador indiscutible. Su diferencia llegó a ser de cuatro minutos y fracción, y con ello una carrera aparentemente definida en razón de sus excepcionales condiciones.
Pero Hinault pagó caro su esfuerzo y en la última cuesta de 10 kilómetros, cubierta de nieve, desfalleció irremediablemente. Angustiosamente advirtió el paso a su lado de Phil Anderson, (a la postre ganador de la etapa), Jean Claude Bagot, Dominique Garde, Dominique Arnaud y seguidamente de un grupo encabezado por Martín Ramírez, Pascal Simón y Steve Rooks.
El remate de la etapa en la cima de Rousset, en medio de una auténtica tempestad de nieve, ubicó a Martín Ramírez en la quinta posición con ventaja de 50 segundos sobre Hinault, quien fue noveno en la misma jornada.
El cierre del Dauphiné Liberé que contó con dos etapas, alcanzó perfiles dramáticos para el ciclismo de Colombia. En la mañana un tramo, en grupo, de 104 kilómetros, y en la tarde una jornada contra el cronómetro -la última- de 32 kilómetros, 10 de ellos en terreno de ascenso. El reto se afrontó con sólo dos pedalistas, Martín Ramírez y Pablo Wilches, ya que el resto sucumbió, paso a paso, ante las inclemencias del tiempo. Y para completar lo anterior, una mínima diferencia de 22 segundos entre los dos protagonistas de la prueba, Ramírez e Hinault.
En la jornada de la mañana que terminó en Privas, Hinault trató por todos los medios, lícitos e ilícitos de alejarse del corredor colombiano, sin lograr su objetivo. Los recursos utilizados fueron tan bajos en algunos pasajes de la etapa, que al concluir la misma, Greg Lemond y Pascal Simon pidieron disculpas al corredor bogotano. Para la épica jornada de la tarde, Ramírez encontró un trazado difícil pero apropiado a sus condiciones. Al paso por el monte Escrimet, único relieve montañoso, el colombiano marcó una ventaja parcial de 10 segundos sobre Greg Lemond, quien minutos más tarde habría de ser el vencedor de la etapa contra el reloj.
Ramírez estableció en el mismo lugar un margen de 41 segundos frente a Bernard Hinault, su antagonista a vencer. Ya tranquilo por la diferencia parcial acumulada de 63 segundos, no arriesgó demasiado en el descenso pues la vía estaba resbaladiza y ofrecía gran peligro.
En la meta final, ubicada en Vals-Les-Bains, Ramírez se encasilló en la tercera posición con tiempo de 47m y 16s. Hinault fue quinto con 47m y 21s, lo cual significó para el colombiano ganar la competencia con una ventaja definitiva de 27 segundos. Como quien dice que en el tramo contra el cronómetro amplió la diferencia en cinco segundos, echando por tierra todos los pronósticos que daban como amplio favorito al local Hinault.
El triunfo de Martín Ramírez, con tiempo global de 35h 23m 11s, dejando en lugares secundarios a figuras del ciclismo mundial como Bernard Hinault, Greg Lemond, Pascal Simon y Stephen Roche, fue calificado por la prensa especializada de Europa, como de auténtica proeza. L’Equipe conceptuó que la victoria de Ramírez “marca un hito en la historia del ciclismo.”
El mismo diario francés comentó que Hinault y Ramírez tuvieron una agria discusión durante los últimos tramos de la octava etapa y agregó que el campeón francés “evidentemente tomó de muy mala manera su derrota.”
“Hinault derribado por un mosquito venido de Colombia, Martín Ramírez, sorprendente vencedor del bretón en el Dauphiné Liberé”, reseñó en su primera página el diario Parisien Liberé. Y añadió: “Esto se parece al cuento de la pulga que aplasta a un elefante. Aquí es un colombiano de 23 años el que ha aplastado a Bernard Hinault.”
Con una modestia que todos los medios de comunicación franceses supieron reconocerle, Martín Ramírez, después del triunfo, declaró para el diario L´ Equipe: “Nunca pensé que podría ganar esta carrera. Yo simplemente trataba de mantener mi segundo puesto después que Francisco Rodríguez abandonó el domingo. Hice lo que pude…” Y agregó: “En estos momentos es cuando uno es capaz de hacer muchas cosas por Colombia, por mi gente, por uno mismo, por orgullo. Todas esas cosas le ayudan a uno a lograr estas hazañas.”
Ramírez, bajo la sapiente conducción del técnico Marcos Ravelo, se constituyó así en el primer ciclista aficionado del mundo en ganar una de las pruebas más importantes del profesionalismo europeo, considerada el verdadero prólogo del Tour de Francia e inscribir su nombre al lado de grandes vencedores de la misma, como lo fueron antaño Jacques Anquetil, Raymond Poulidor, Eddy Merckx, Luis Ocaña, Bernard Thevenet y en tiempos más recientes Greg Lemond y el propio Hinault.
El equipo ciclístico aficionado de Colombia se completó en esa ocasión con los corredores Pablo Wilches, Reynel Montoya, Alirio Chizabas, Armando Aristizábal y Francisco ‘Pacho’ Rodríguez, los cuatro últimos marginados de la competencia por diversas circunstancias.
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