lunes, 29 de julio de 2013

Louison Bobet



Saint Méen le Grand, Ille y Vilaine, Francia, 12 de marzo de 1925 - † Biarritz, 13 de marzo de 1983 fue un ciclista francés, primer corredor en ganar el Tour de Francia en tres ediciones consecutivas, prueba en la que obtuvo un total de 12 victorias de etapa. En el Giro de Italia logró asimismo un total de 2 victorias de etapa.

También fue un extraordinario clasicómano como muestra que fuerá capaz de ganar en cuatro delos cinco "monumentos del ciclismo" y el campeonato del Mundo.

Conocido con el apodo de El panadero de Saint-Méen, debido al oficio que ejerció en su ciudad natal antes de dedicarse al ciclismo. Su hermano Jean también fue ciclista profesional.



Palmarés


1947
Boucles de Seine Saint-Denis

1948
2 etapas en el Tour de Francia

1949
Boucles de l'Aulne
Critérium de As

1950
1 etapa en el Tour de Francia y clasificación de la montaña
Campeón de Francia de ciclismo en ruta
Gran Premio de l'Écho d'Alger
Critérium de As

1951
1 etapa en el Tour de Francia
Clasificación de la montaña del Giro de Italia , más 1 etapa
Campeón de Francia de ciclismo en ruta
Milán-San Remo
Giro de Lombardía
Critérium Internacional

1952
Gran Premio de las Naciones
Critérium Internacional
París-Niza
Gran Premio de Cannes

1953
Tour de Francia y 2 etapas
3º en el Campeonato de Francia de ciclismo en ruta
Boucles de l'Aulne
Critérium de As

1954
Tour de Francia y 3 etapas
Campeón del mundo de ciclismo en ruta
Critérium de As

1955
Tour de Francia y 3 etapas
Tour de Flandes
Dauphiné Libéré
Tour de Luxemburgo
Subcampeón de Francia de ciclismo en ruta

1956
París-Roubaix
3º en el Campeonato de Francia de ciclismo en ruta

1957
1 etapa en el Giro de Italia
2º en el Campeonato mundial de ciclismo en ruta
Génova-Niza

1958
2º en el Campeonato mundial de ciclismo en ruta

1959
Burdeos-París
Roma-Napoles-Roma

1960
Roma-Napoles-Roma

Gino Bartali

nacido el 18 de julio de 1914 en Ponte a Ema (Florencia) - fallecido el 5 de mayo de 2000, apodado il Ginettaccio fue un ciclista italiano, profesional entre los años 1935 y 1954, durante los cuales consiguió 91 victorias.
En 1936, con un Giro de Italia ya ganado, Bartali estuvo a punto de abandonar el ciclismo a causa de la muerte de su hermano Giulio. Afortunadamente para todos los aficionados al ciclismo, Bartali continuó compitiendo.

En 1938 cumplió con el sueño de Mussolini aventajando al segundo clasificado en más de veinte minutos. Cuando la carretera se empinaba, cuando el calor y el polvo secaban las gargantas Bartali no encontraba rival. Pero la II Guerra Mundial le dejó sin los años en los que se podría haber labrado un palmarés espectacular, cuando Fausto Coppi aún era un joven meritorio que corría a su lado.

Su carrera deportiva se vio interrumpida por la Segunda Guerra Mundial. Antes de esta, en 1939, no pudo ya defender su victoria en el Tour de Francia del año anterior. Gino Bartali se tomaría la revancha en 1948, consiguiendo su segundo Tour de una forma espectacular, con siete victorias de etapa. Con estas dos victorias, se convierte en el único ciclista hasta la fecha, vencedor de dos Tours en un intervalo de 10 años. Circunstancia que también logro en el giro con sus victorias en 1936 y 1946

Bartali fue un excepcional escalador, vencedor del gran premio de la montaña del Giro de Italia en siete ocasiones y del Tour de Francia en dos. Fue pionero en utilizar el cambio de marchas Campagnolo. Anteriormente, las bicicletas incorporaban dos piñones y el cambio entre ellos significaba tener que parar y realizar el cambio, quitando la rueda trasera y volviéndola a poner dándole la vuelta, de forma manual. Con este nuevo sistema, el ciclista podía realizar el cambio de piñón sin necesidad de bajarse de la bicicleta. Esta operación se convirtió rápidamente en una señal de que Bartali estaba dispuesto a lanzar un ataque.

Además de sus victorias en Grandes Vueltas, Bartali ganó en cinco ocasiones el campeonato nacional italiano y varias clásicas de un día, como la Milán-San Remo y el Giro de Lombardía.

Fue el gran rival de Fausto Coppi, rivalidad que dividía a los italianos, tanto deportiva como política y religiosamente (sus posturas políticas y religiosas también estaban enfrentadas). Sin embargo, por encima de aquella rivalidad, Coppi y Bartali compartían también una gran amistad; compartieron equipo durante años y, en muchas ocasiones, el uno actuó de gregario del otro y viceversa. El Tour de Francia 1949, que ganaría Coppi por delante de Bartali, podría ser la mejor muestra de esto. Ambos italianos destrozaron la carrera en los Alpes, pero siempre "de la mano".

Gino Bartali murió en el año 2000 sin que nadie supiese su verdadera historia, la del corredor grandioso que dedicó dos años de su existencia a salvar la vida de ochocientos judíos. Para ello se valió de su bicicleta donde escondía la documentación necesaria para sacarlos de Italia. Y así, bajo la apariencia de simples entrenamientos, llevaba los papeles de un lado a otro. Nadie sospechaba en aquel momento de uno de los grandes mitos del deporte italiano, del hombre que había conseguido darle a Mussolini el Tour de Francia en 1938.

Gino Bartali escondió un secreto durante casi sesenta años. En el año 2000 se fue a la tumba con él y sólo un descubrimiento casual permitió conocer la dimensión humana que uno de los grandes ciclistas del siglo XX alcanzó durante la II Guerra Mundial. Nacido en la Toscana, en el seno de una familia humilde que se dedicaba a trabajar el campo, Bartali comenzó a correr gracias a que su padre le encontró trabajo en un taller de reparación de bicicletas. Su dueño, contento por el trabajo de Gino, le regaló una y le animó a que se entrenase. A partir de ahí las escarpadas carreteras de la región fueron su espacio natural.

Pero antes de que el Campionissimo de la historia del ciclismo Bartali estaba considerado como el ciclista del régimen de Mussolini. El Duce, en su delirio, soñaba con ver a un italiano derrotando a los franceses en el Tour y todas las miradas se volvieron hacia Bartali, que en 1936 ya se había adjudicado el Giro y era una celebridad en todo el país. En 1937 una caída frustró su misión.

Lo que nadie imaginaba es que en aquellos años oscuros Bartali, uno de los símbolos del Partido Nacional Fascista, era en realidad uno de los personajes claves de una organización dedicada a salvar la vida de los judíos italianos a los que los alemanes querían enviar a sus hornos crematorios. Gino Bartali seguía por las carreteras de la Toscana o Umbría. Nadie podía suponer que en el cuadro de su bicicleta o debajo de su sillín transportaba documentos y pasaportes destinados a los judíos que se escondían en algunos de los monasterios italianos.

Bartali no despertaba demasiadas sospechas pese a que la guerra impedía cualquier competición y resultaba extraño ver a alguien entrenándose en aquel ambiente. Corría con ropa en la que se podía leer su nombre lo que le permitía recorrer kilómetros recibiendo los saludos efusivos de los soldados italianos, para los que era un auténtico ídolo. Era el correo perfecto.

En los conventos y monasterios la red organizada por Giorgio Nissim -con el apoyo de varios arzobispos- se dedicaban a elaborar los pasaportes destinados a salvar la vida de cientos de judíos y que Bartali transportaba jugándose la vida en aquellos viajes por las carreteras que conocía como nadie. Durante 1943 y 1944 el corredor toscano, el beato Bartali, se dedicó a esa misión sin que nadie le delatase. Acabó la guerra y aquellos entrenamientos kilómetros aún le valieron en su carrera deportiva porque con 32 años pudo ganar en 1946 el Giro y en 1948, con 34, se apuntó el Tour de Francia en una demostración colosal en la montaña ya que se impuso en siete etapas de aquella edición.

Bartali se retiró a su tierra, a Florencia, y durante cincuenta años no dijo nada de su trabajo para ayudar a los judíos que habitaban Italia. Durante décadas quedó sobre él la etiqueta de haber sido el corredor de los fascistas. No le importó. Se murió en el año 2000. El mundo sólo descubrió su magnitud en 2003 cuando los hijos de Giorgio Nissim encontraron un viejo diario de su padre en el que detallaba la forma en que funcionó la red clandestina dedicada a conseguir documentos que salvasen la vida de los judíos.

Allí, en aquellos papelajos, se explicaban minuciosamente los viajes que hacía Bartali, los kilómetros que recorría, los papeles que escondía su bicicleta y, sobre todo, lo abnegado de su dedicación a la causa. Los Nissin contaron lo que su padre escribió y entonces empezó a cobrar sentido tanto entrenamiento en una época en la que costaba ver a un ciclista recorrer una carretera italiana. Italia descubrió a uno de sus grandes héroes. Los Nissin también contaron el dato más importante que escondía el diario de su padre: 800 judíos evitaron el viaje a algún campo de concentración de los alemanes gracias a las piernas de Gino Bartali.


Palmarés


1935
Campeón de Italia en ruta
Vuelta al País Vasco, más 3 etapas
Coppa Bernocchi
1 etapa del Giro de Italia y clasificación de la montaña

1936
Giro de Lombardía
1º en el Giro de Italia, más 3 etapas y la clasificación de la montaña
Giro de la Provincia de Milán

1937
Campeón de Italia en ruta
1º en el Giro de Italia, más 4 etapas y la clasificación de la montaña
Giro del Piamonte
1 etapa del Tour de Francia
Giro de Lazio

1938
1º en el Tour de Francia, más 2 etapas y la clasificación de la montaña
Tre Valli Varesine
2º en el Campeonato de Italia de ciclismo en ruta
Giro de la Provincia de Milán

1939
Milán-San Remo
Giro de Lombardía
Giro del Piamonte
2º en el Giro de Italia, más 4 etapas y la clasificación de la montaña
Giro de Toscana
Giro de la Provincia de Milán

1940
Campeón de Italia en ruta
Milán-San Remo
Giro de Lombardía
2 etapas del Giro de Italia y la clasificación de la montaña
Giro de Lazio
Giro de Toscana
Giro di Campania
Giro de la Provincia de Milán

1942
3º en el Campeonato de Italia de ciclismo en ruta
Giro de la Provincia de Milán

1945
Giro de Lazio
Giro di Campania

1946
Campeonato de Zúrich
Giro de Italia, más clasificación de la montaña
Vuelta a Suiza, más 4 etapas
2º en el Campeonato de Italia de ciclismo en ruta
Trofeo Matteotti

1947
Milán-San Remo
2º en el Giro de Italia, más 2 etapas y la clasificación de la montaña
Vuelta a Suiza, más 2 etapas

1948
Campeonato de Zúrich
1º en el Tour de Francia, más 7 etapas y la clasificación de la montaña
Giro de Toscana

1949
2º en el Tour de Francia, más 1 etapa
2º en el Giro de Italia
Tour de Romandía

1950
Milán-San Remo
1 etapa del Tour de Francia
2º en el Giro de Italia, más 1 etapa
Giro de Toscana

1951
2º en el Campeonato de Italia de ciclismo en ruta
Giro del Piamonte

1952
Campeón de Italia en ruta
Giro d'Emilia
Giro Reggio Calabria

1953
Giro d'Emilia
Giro de Toscana




Federico Martín Bahamontes



nacido Alejandro Martín Bahamontes el 9 de julio de 1928 en Santo Domingo-Caudilla, Toledo, España, apodado El Águila de Toledo, es un ex ciclista profesional entre 1954 y 1965, periodo durante el cual logró 74 victorias.

Consagrado como un especialista en la montaña, Bahamontes venció en el Tour de Francia 1959, aunque inicialmente no partía como favorito. Sin embargo, una larga escapada en los Pirineos y su victoria en la cronoescalada de Puy-de-Dôme le supusieron una importante ventaja. En los Alpes, se asoció con el también escalador Charly Gaul y aunque tanto Henri Anglade como Jacques Anquetil le recortaron tiempo, no supusieron una amenaza para el corredor español, que aventajaría a Anglade, segundo clasificado, en más de cuatro minutos al final del Tour.

En 1963, Bahamontes se vio relegado a la 2ª plaza por Anquetil. Muy igualados tanto en los Alpes como en los Pirineos, Anquetil daría el golpe de efecto en la contrarreloj, consiguiendo su, por aquel entonces, 4º Tour, seguido por Bahamontes a más de tres minutos y medio. Un año más tarde, en 1964, Bahamontes terminaría 3º por detrás de Anquetil y Raymond Poulidor, a más de cuatro minutos del ganador.

Como gran escalador que era, ganó el Gran Premio de la montaña dos veces en la Vuelta a España, una en el Giro de Italia y seis en el Tour de Francia, donde compartía el récord junto al belga Lucien Van Impe hasta la llegada de Richard Virenque.

Bahamontes es director de la Vuelta Ciclista a Toledo desde hace más de 40 años. Además, apadrina actualmente al Club Ciclista de Navalcarnero.

En la película francesa Amélie, se hace mención a la victoria de Bahamontes en el Tour del 59.

Durante muchos años las guias de viajes neerlandesas y belgas aconsejaban la visita de la tienda de bicicletas de Bahamontes en Toledo.

En la novela de Miguel Delibes "Cinco horas con Mario" se hace referencia al "Águila de Toledo".

Posee una exposición de ciclismo en Seseña Nuevo, sita en las instalaciones de Würth España, en la que el ciclista expone sus bicicletas, trofeos, imágenes y demás temas relacionados con su figura deportiva.

Un águila parda disecada preside el despacho de la tienda de Federico Martín Bahamontes en la plaza de la Magdalena de Toledo. Se trata de un amuleto añejo que retrata la personalidad del protagonista, el «Águila de Toledo». Dos cosas inflaman el orgullo del primer español ganador del Tour (1959). Este mote acuñado por Jacques Goddet, que le ensalza como el mejor escalador de todos los tiempos. Y su récord, su legado personal que lo corrobora. «Yo gané todas las clasificaciones de la montaña de todas las carreras que terminé. Y hoy las gana cualquiera», proclama ufano. Don Federico tiene 75 años y una historia detrás de cada palabra. Ahora que trabaja de sol a sol en su finca toledana y en su negocio de bicicletas, el recuerdo de aquella palabra, el Tour, le suena nítido. «Debuté en el Tour en 1954. Berrendero, que era el seleccionador, me llamó a casa y me preguntó si estaba preparado. No me atreví a decirle que no. Pensé para mí que no hablaba francés, no había salido nunca de España, no tenía equipaje, no sabía nada. Así que recurrí a la familia. Madre, ¿puedo ir al Tour?. Dudó un poco, pero me dio permiso. Fui y regresé con el Gran Premio de la Montaña». Así empezó su idilio con Francia, con una recepción en Toledo en el verano de 1954, catorce bandas musicales y Bahamontes de maletilla en una capea. En el Tour de 1956 fraguó su leyenda. En la cima del Col de la Romeyère, en los Alpes, a 1.074 metros de altitud, entre el Isere y la meseta de Vercors, se paró a degustar un helado cuando iba primero. El famoso helado de Bahamontes, un suceso que acentuó su aureola de personaje excéntrico. «Me escapé con Leguilly, Lazaride y un belga. El coche del belga se acercó para decirle que no tirase, porque eso me favorecía, y al pasar a mi lado saltó una piedra y me rompió dos radios de la rueda trasera. Era un puerto corto, pero muy duro. Tenía rampas muy fuertes. Cuando llegamos a la cima estaba nervioso y cabreado como una mona. Berrendero no venía para arreglarme la avería. Así que me paré». A Bahamontes no le tiembla la memoria. Describe cada detalle con lupa. «Había dos carritos de helados, cogí un embudo y me puse uno de vainilla. No me podía contener de la rabia. Los aficionados me querían robar el dorsal. Aquello estaba atestado, como en todos los puertos del Tour. Como era una escapada como Dios manda, y no como las de ahora, el pelotón estaba a catorce minutos, pero yo no lo sabía. Como no venía nadie, cogí agua de un arroyo cercano y cuando apareció el pelotón les remojé con el agua». Unas migas con Coppi La historia sigue: «Era un puerto que apenas tenía descenso, pero no lo sabía. Cuando me arreglaron la bici, tomé avituallamiento, plátano, un poco de azúcar, y miré el croquis de la etapa. Me volví a escapar. Y coroné el siguiente puerto en cabeza, pero agarré una pájara de escándalo, de las de antes. Yo me preocupaba de la clasificación de la montaña». El toledano acabó ese Tour en el puesto 25, pero con el reinado de la montaña. En octubre de 1958, una mañana de galgos en Talavera de la Reina terminó por convertir a Bahamontes. Fausto Coppi, su amigo, le convenció: «Nos estábamos comiendo unas migas cuando Coppi me soltó que yo era un campeón. «Si haces la general y te olvidas de la montaña, ganas el Tour», me dijo. ¿Pero dónde vas, que el Tour es para campeones?, le respondí. Pero si en el Tour del año pasado me había comprado Binerva (vitamina C) y Redoxon (vitamina B) en el día de descanso y cuando me picaron en la vena me atravesaron el brazo. ¿A dónde iba a ir yo?». Aquella mañana de cacería con el mito italiano desembocó meses más tarde en el Tour del 59. La gente hablaba de Anglade, que era el campeón de Francia, del italiano Baldini, que era el campeón del mundo, de Anquetil, el joven normando que ya había ganado el Tour 57: «Sí, sí, pero también de mí. La preparé, pero bien, en la etapa de Aurillac. Le dije a Langarica que cogería el avituallamiento por la izquierda cuando todos lo harían por la derecha. Y ahí ataqué. Hacía un calor terrible y me rocié el cuerpo de aceite de oliva. Les dejé a todos, Anglade, Anquetil, Baldini. Cuando entré en el velódromo me convencí de que ganaba el Tour. Y en el Puy de Dome dí el festival». En once ediciones, Federico Martín Bahamontes pasó 51 puertos en cabeza del Tour. Cuatro veces el Tourmalet, el Peyresourde y el Aubisque. «Y ni siquiera me daban un maillot»

En el 50º aniversario de su victoria en el Tour de Francia (siendo así el primer ciclista español en ganar la clasificación general de la ronda gala), Federico Martín Bahamontes, El Águila de Toledo, fue homenajeado por la organización al inicio de la 6ª etapa (Gerona-Barcelona), celebrada el día que cumplía 81 años.

Días antes el embajador de Francia le entregó una placa conmemorativa en nombre de la República Francesa. En la edición número 100 del tour de francia recibió un homenaje que le nombraba mejor escalador de la historia de dicha competición.



Lucien Aimar

nacido el 28 de abril de 1941 en Hyères fue un ciclista francés, profesional entre los años 1965 y 1973, apodado El astuto.
Aimar fue un brillante ciclista francés en la categoría amateur, llegando a formar parte del equipo olímpico que acudió a los Juegos de Tokyo 1964. 
Dos meses más tarde, terminó en 2ª posición en el Tour del Porvenir, a 42 segundos del italiano Felice Gimondi, tras sufrir una penalización de un minuto por un altercado con un corredor belga.
Saltó a la profesionalidad en 1965 en las filas del equipo Ford-Gitane, al cual pertenecía Jacques Anquetil y que estaba dirigido por Raphael Geminiani. En su debut en el Tour de Francia se vio obligado a abandonar como consecuencia de una caída. 
En 1966, comienzó la temporada con algunos triunfos en carreras de un día y una 2ª plaza en la Flecha Valona, pero este año estuvo marcado sobre todo por su victoria en el Tour de Francia, gracias a dos escapadas en las etapas del Aubisque y Turín y a la ayuda de Anquetil. En 1967 participó en el Giro de Italia como gregario de Anquetil y finalizó en la 7ª posición de la clasificación general. Acudió al Tour de Francia como líder del equipo nacional francés, y tras lograr un triunfo de etapa, terminó en 6º lugar de la general. Tras el Tour, terminó 2º en el Campeonato de Francia de fondo en carretera. 
Al año siguiente acudió a la Vuelta ciclista a España, en la cual triunfó Gimondi y Aimar solo pudo ser 9º. No pudo repetir el triunfo de etapa de la edición del año anterior, alcanzando sólo un segundo puesto de etapa en el Tour y finalizando en 7º lugar en la general. Aquel año sí logró vencer en el Campeonato de Francia. 
1969 fue un año complicado para Aimar, en el cual arrastró una gran baja forma durante toda la temporada, lo cual se reflejó en una pobre actuación en el Tour de Francia. Además, fue suspendido durante un mes por dopaje, lo cual le impidió participar en la Vuelta a España. 
Tras una reestructuración del equipo Bic, con la llegada de Luis Ocaña entre otros, Aimar cambió de equipo y recuperó parte de su buena forma pasada, aunque no llegó a conseguir ningún triunfo destacado. Terminó 2º en la clásica Burdeos-París y 9º en el Tour de Francia, donde el belga Lucien Van Impe fue el que se erigió como líder del equipo Sonolor Lejeune. 
En 1971, ya sin ser el jefe de filas del equipo, Aimar volvió a terminar 9º en el Tour gracias a una escapada. Durante los dos últimos años de su carrera no logró ningún éxito de renombre más para su palmarés, aunque sí participó en las ediciones del Tour de Francia de 1972 y 1973, completando así 9 participaciones en la ronda gala, en las que terminó la carrera en todas menos en la edición de 1965.

Palmarés

1963
Ruta de Francia
1 etapa del Tour del Porvenir

1966
Tour de Francia, más 1 etapa
Génova-Niza

1967
Cuatro días de Dunkerque
2º en el Campeonato de Francia de ciclismo en ruta

1968
Campeón de Francia de ciclismo en ruta

1970
1 etapa del Midi Libre
Trofeo de los Escaladores

1973
1 etapa de los Cuatro Días de Dunkerque



sábado, 27 de julio de 2013

Alberto Contador

El ciclista español (nació en Madrid) Alberto Contador se consagró en los Campos Elíseos de París, campeón del 94º. Tour de Francia, luego del obligado retiro del danés Michael Rasmussen, cuando restaban cuatro etapas para concluir la primera prueba por etapas del mundo.

Gracias a este éxito de Contador, el ciclismo de España pasó a contabilizar nueve (9) primeros puestos en la competencia gala, serie de triunfos que inició en el año 1959 el ‘Aguila de Toledo’ el excepcional escalador de cumbres, Federico Martín Bahamontes, quien en aquella época empleó para los 4.358 kilómetros del Tour, un tiempo total de 123h-46m-45s, superando por 04m y 01s, al francés Henry Anglade.

El joven rutero Alberto Contador, viene a recuperar para la península ibérica el trono del ciclismo que dejó vacante su paisano Miguel Induráin, cuando en 1995 ganó por quinta vez consecutiva el Tour, frente a Alex Zulle, triunfo que no pudo reeditar un año más tarde (1996), cuando recurriendo al uso de estimulantes (como él mismo lo confesara años más tarde) ganó el danés Bjarne Riis.

El título de campeón de Alberto Contador, por sólo 23 segundos frente al Cadel Evans es el segundo más estrecho en toda la historia de Tour, pues en 1989 el norteamericano Grez Lemond ganó su segundo Tour de Francia por mínimos ocho (8) segundos, frente al galo Laurent Fignon, en una impresionante jornada final, por el sistema de contra-reloj individual.

El título de Premios de Montaña fue para el colombiano Mauricio Soler, quien sumó en las altas cumbres un total de 206 puntos, seguido precisamente por Alberto Contador con 128 y tercera casilla para Popovich son 105. Desde la época del belga Eddy Merckx (Tour de 1970) el vencedor individual de la prueba no es el mismo campeón de la montaña.

Las posiciones de los cinco primeros en París, clasificación general individual, fueron las siguientes:

Campeón: Alberto Contador --------- 91h-00m-26s
Sub-campeón: Cadel Evan a 23s
Tercero: Levi Leipheimer a 31s
Cuarto: Carlos Sastre a 07m-08s
Quinto: Haimar Zubeldia a 08m-17s

Como quien dice, tres españoles en los cinco primeros puestos del Tour.

El colombiano Mauricio Soler reverdece, con su triunfo en la montaña, lo hecho por Luis Alberto Herrera en 1985-1987 y por Santiago Botero en el 2000.



Cuando restan sólo cinco etapas para concluir el 94º. Tour de Francia el próximo domingo en París, previa celebración este miércoles de la última de alta montaña, con meta final en el temible alto de Aubisque, luego de recorrer 218 kilómetros desde Orthez,, uno de los grandes animadores de la carrera gala es el ciclista español Alberto Contador, un hombre nacido en Madrid el 6 de diciembre de 1982, como quien dice que tiene 24 años de edad.

Contador, quien se distingue como el mejor joven del Tour con la camiseta de Discovery-Chanel, está a sólo 02 minutos y 23 segundos del sólido líder danés Michael Rasmussen, quien en la alta montaña ha sabido responder a los violentos ataques el rutero ibérico.

Contador se inició como profesional en el año 2002, con el patrocinio de Once-Eroski. Al año siguiente logró su primera victoria, al ganar la 8ª. etapa del Tour de Polonia, una jornada contra-reloj. Luego de no figurar en el año 2004, en el 2005 redondeó una temporada espléndida. Ganó al menos una etapa en pruebas como el Tour Down Ander, en la Semana Catalana, en la Vuelta al País Vasco (contra-reloj) y en el Tour de Romandía. Tuvo también una destacada actuación en competencias como el Gran Premio Primavera y la tradicional París-Niza.

En ese mismo año de 2005 corrió por primera vez el Tour de Francia y se ubicó en el puesto 31º. de la clasificación general final, corriendo con la divisa de Seguros Liberty, Estableció una diferencia de 1h-03m-25s frente al campeón, el norteamericano Lance Amstrong.

El año anterior, 2006, Contador ganó la tercera etapa del Tour de Romandía, carrera de la cual salió sub-campeón, luego de ser líder por dos días. Tuvo igualmente buen desempeñó en la Clásica Primavera donde fue cuarto, la Vuelta al País Vasco donde se encasilló en la quinta plaza y el Gran Premio Miguel Induráin, prueba en la cual figuró entre los diez primeros.

La carrera del 2007 podría tener un reñido final en París que desde los tiempos de Miguel Induráin no tiene una figura de gran categoría en la competencia de ciclismo por etapas más importante del mundo.

Samuel Sánchez

En las afueras de Beijing se cumplió la competencia de ciclismo de gran fondo en carretera, sobre trazado de 245 kilómetros. Durante el desarrollo de la misma predominó el tiempo caluroso y alto índice de humedad en el ambiente.

El triunfo correspondió al pedalista español Samuel Sánchez, quien estableció un tiempo de 6h-23m-49 segundos, teniendo la escolta del italiano Davide Rebellín y el suizo Fabián Cancellara, quien en los últimos kilómetros de la prueba llegó desde atrás, en sensacional cacería, para dar alcance a los tres fugados. Por instantes se presagió un triunfo del experimentado corredor, hombre veterano en justas como el Tour de Francia.

Con retardo de 12 segundos, entró en la séptima casilla el colombiano Santiago Botero, marcando un tiempo de 6h-24m-01s. En la casilla 41º. llegó a la meta José Serpa, con tiempo de 6h-26m-27s. Heriberto Urán, quien estuvo por algunos momentos en fuga, debió retirarse al final de la carrera.

Otros ciclistas de importancia que dejaron la competencia fueron los españoles Alberto Contador ex campeón del Tour de Francia y Oscar Freire, otro ex campeón del mundo.

El vencedor de la carrera de ruta olímpica, Samuel Sánchez, hizo su estreno como profesional en el año 2006, con motivo del Campeonato Mundial para profesionales cumplido en Salzburgo, cuando se encasilló en la cuarta posición de la dura prueba, después de trabajar todo el tiempo para la mejor ubicación (a la postre medalla de bronce) de su compatriota Alejandro Valverde. En esa ocasión el campeón fue Paolo Bettini de Italia con tiempo de 6h-15m-36s, teniendo la escolta de Eirk Zabel de Alemania con igual tiempo, además del ya citado Valverde.

Samuel Sánchez, quien disfrutó en ese momento de su cuarta casilla como si hubiese logrado alguna medalla, como escolta de la tripleta vencedora, superó en el remate final a un experto en las llegadas masivas, como el australiano Robbie McEwen e igualmente a su compatriota Oscar Sastre, hoy campeón del reciente Tour de Francia. La prensa española catalogó a Sánchez como el ‘Héroe sin premio’, pues preparó los kilómetros finales de la prueba y el embalaje final para Valverde, quien a la postre no capitalizó la fundamental ayuda de su paisano.

Volviendo a la actuación de Santiago Botero, primer latinoamericano en la meta de Beijing, es preciso decir que mejora lo hecho, a nivel de ruta olímpica por parte del boyacense Miguel Samacá Hernández (Juegos de Münich 1972 – noveno puesto-) del antioqueño Martín ‘Cochise’ Rodríguez (Juegos de México 1968 -también noveno lugar-) y del ya fallecido trágicamente, Néstor Mora Zárate, el 29 de julio de 1984 en los Juegos Olímpicos de Los Angeles, donde alcanzó la octava colocación. Pero todo lo anterior, dista mucho del logro de Alvaro Mejía Castrillón (hoy exitoso médico) cuando el 15 de agosto de 1991, en Stuggart (Alemania) en cumplimiento del 58º. Campeonato Mundial d Ruta para Profesionales, se ubicó en la cuarta posición, con el mismo tiempo de la trilogía vencedora, compuesta por Gianni Bugno, Steven Rooks y Miguel Induráin.

Esa actuación a nivel de corredores profesionales, luego de casi 17 años exactos, no ha sido superada.

A nivel de Campeonato Mundial de ruta para Aficionados, sigue igualmente vigente el tercer puesto (medalla de bronce) de Víctor Becerra en el certamen de Paipa y Duitama, en octubre 7 de 1995.

Alvaro Mejía Castrillón nació en Santa Rosa de Cabal (Risaralda) el 19 de enero de 1967 y Víctor Becerra Castro en Cerinza (Boyacá) el 15 de septiembre de 1972.

Martín Ramírez

nació en Bogotá (Cundinamarca) el 8 de noviembre de 1960. De ‘¡Asombroso!’ calificó Thierry Gaitán desde Chamberry lo conseguido por Francisco ‘Pacho’ Rodríguez en la quinta etapa del Dauphiné Liberé. Escribió entre otras cosas: “Ni la desviación pocos kilómetros antes de la meta, ni los cuatro títulos de Bernard Hinault en el Tour de Francia, tampoco el peso de la camiseta arco iris del campeón del mundo Greg Lemond, soportaron hoy la fuerza de Francisco ‘Pacho’ Rodríguez, quien con un segundo lugar en la jornada, detrás de Michel Laurent, pasó a vestir la camiseta de puntero.

Los 192 kilómetros que separan a Chamberry, pequeña localidad de Los Alpes franceses, en cercanías de Suiza, de Saint Julien en Genevois, de donde partió la fracción, pasaron a ser realmente inolvidables para el ciclismo colombiano. Rodríguez tiene ahora una ventaja de 45 segundos sobre el irlandés Stephen Roche, mientras Martín Ramírez es cuarto en la general.”

Y agregaba la crónica de Thierry: “Fue un final de infarto. Si en Colombia la gente estaba pegada a sus radios, no menos emoción se vivió en Chamberry. Faltaba un kilómetro para la llegada y el grupo de cuatro colombianos y tres profesionales no cedía un centímetro. Todos querían el triunfo. Los colombianos para ratificarse en su buen momento, los profesionales en busca de la reivindicación para evitar que su prestigio fuera pisoteado.

“El grupito se presentó en la recta de 400 metros antes de la línea. Las bicicletas se movieron peligrosamente de lado a lado y ‘Pacho’ Rodríguez aún tuvo la reserva para medirse codo a codo con los mejores. Hinault no pudo en ese embalaje. Cayó ante el poderío de Rodríguez, que hoy brilló para el mundo, al ratificar su regularidad en toda la temporada colombiana.

“Luego se empezaron a vivir siete minutos y medio de espera para ver llegar al líder Guy Gallopin. Comenzaron a aparecer corredores disgregados. Rodríguez concedía declaraciones a los periodistas colombianos y a la televisión francesa. Su hazaña ya comenzaba a superar la del día anterior. Cinco minutos, seis, siete… y por ningún lado Gallopin. El grito fue unánime cuando se cumplió el plazo y ‘Pacho’ Rodríguez adquiría el derecho a vestirse de amarillo. Era el nuevo líder del Dauphiné Liberé. Por primera vez en los 37 años de historia de esta carrera, un aficionado batía a los profesionales.”

En la siguiente etapa, sexta de la prueba, ‘Pacho’ Rodríguez, quien venía de ser segundo en la Clásica de Cundinamarca, en la Clásica de Antioquia, en el Clásico R-C-N y en la Vuelta a Colombia, en una temporada de ininterrumpidos éxitos, demostró toda su categoría.

Los 154 kilómetros que median entre Chamberry y Fontanille los cubrió en un tiempo de 4h 51m 02s, dejando en posiciones secundarias a Bernard Hinault y Greg Lemond a más de uno y dos minutos respectivamente. En la general individual se ubicó 3m y 56s por encima de su más enconado rival, el francés Hinault. Martín Ramírez, entre tanto, se encasilló cuarto en la general, con diferencia ligeramente superior a los cuatro minutos.

Una amenaza cierta para Rodríguez, el irlandés Stephen Roche, bajó al séptimo puesto, con diferencia de 10m y 55s.

Pero al día siguiente sucedió lo inesperado: Francisco ‘Pacho’ Rodríguez, aquejado de graves dolencias física en una articulación de la rodilla, debió abandonar la carrera cuando ésta transitaba por Grenoble, a escasos 30 kilómetros adelante de la línea de partida.

De inmediato el liderato lo asumió Bernard Hinault con precaria ventaja de 16 segundos, vigentes desde el día anterior, sobre otro colombiano de gran peligro, Martín Ramírez. El francés, al conocer el infortunio del corredor boyacense, incrementó su ritmo de carrera y primero en compañía de otros ciclistas europeos y luego en solitario, coronó los iniciales cuatro premios de montaña como ganador indiscutible. Su diferencia llegó a ser de cuatro minutos y fracción, y con ello una carrera aparentemente definida en razón de sus excepcionales condiciones.

Pero Hinault pagó caro su esfuerzo y en la última cuesta de 10 kilómetros, cubierta de nieve, desfalleció irremediablemente. Angustiosamente advirtió el paso a su lado de Phil Anderson, (a la postre ganador de la etapa), Jean Claude Bagot, Dominique Garde, Dominique Arnaud y seguidamente de un grupo encabezado por Martín Ramírez, Pascal Simón y Steve Rooks.

El remate de la etapa en la cima de Rousset, en medio de una auténtica tempestad de nieve, ubicó a Martín Ramírez en la quinta posición con ventaja de 50 segundos sobre Hinault, quien fue noveno en la misma jornada.

El cierre del Dauphiné Liberé que contó con dos etapas, alcanzó perfiles dramáticos para el ciclismo de Colombia. En la mañana un tramo, en grupo, de 104 kilómetros, y en la tarde una jornada contra el cronómetro -la última- de 32 kilómetros, 10 de ellos en terreno de ascenso. El reto se afrontó con sólo dos pedalistas, Martín Ramírez y Pablo Wilches, ya que el resto sucumbió, paso a paso, ante las inclemencias del tiempo. Y para completar lo anterior, una mínima diferencia de 22 segundos entre los dos protagonistas de la prueba, Ramírez e Hinault.

En la jornada de la mañana que terminó en Privas, Hinault trató por todos los medios, lícitos e ilícitos de alejarse del corredor colombiano, sin lograr su objetivo. Los recursos utilizados fueron tan bajos en algunos pasajes de la etapa, que al concluir la misma, Greg Lemond y Pascal Simon pidieron disculpas al corredor bogotano. Para la épica jornada de la tarde, Ramírez encontró un trazado difícil pero apropiado a sus condiciones. Al paso por el monte Escrimet, único relieve montañoso, el colombiano marcó una ventaja parcial de 10 segundos sobre Greg Lemond, quien minutos más tarde habría de ser el vencedor de la etapa contra el reloj.

Ramírez estableció en el mismo lugar un margen de 41 segundos frente a Bernard Hinault, su antagonista a vencer. Ya tranquilo por la diferencia parcial acumulada de 63 segundos, no arriesgó demasiado en el descenso pues la vía estaba resbaladiza y ofrecía gran peligro.

En la meta final, ubicada en Vals-Les-Bains, Ramírez se encasilló en la tercera posición con tiempo de 47m y 16s. Hinault fue quinto con 47m y 21s, lo cual significó para el colombiano ganar la competencia con una ventaja definitiva de 27 segundos. Como quien dice que en el tramo contra el cronómetro amplió la diferencia en cinco segundos, echando por tierra todos los pronósticos que daban como amplio favorito al local Hinault.

El triunfo de Martín Ramírez, con tiempo global de 35h 23m 11s, dejando en lugares secundarios a figuras del ciclismo mundial como Bernard Hinault, Greg Lemond, Pascal Simon y Stephen Roche, fue calificado por la prensa especializada de Europa, como de auténtica proeza. L’Equipe conceptuó que la victoria de Ramírez “marca un hito en la historia del ciclismo.”

El mismo diario francés comentó que Hinault y Ramírez tuvieron una agria discusión durante los últimos tramos de la octava etapa y agregó que el campeón francés “evidentemente tomó de muy mala manera su derrota.”

“Hinault derribado por un mosquito venido de Colombia, Martín Ramírez, sorprendente vencedor del bretón en el Dauphiné Liberé”, reseñó en su primera página el diario Parisien Liberé. Y añadió: “Esto se parece al cuento de la pulga que aplasta a un elefante. Aquí es un colombiano de 23 años el que ha aplastado a Bernard Hinault.”

Con una modestia que todos los medios de comunicación franceses supieron reconocerle, Martín Ramírez, después del triunfo, declaró para el diario L´ Equipe: “Nunca pensé que podría ganar esta carrera. Yo simplemente trataba de mantener mi segundo puesto después que Francisco Rodríguez abandonó el domingo. Hice lo que pude…” Y agregó: “En estos momentos es cuando uno es capaz de hacer muchas cosas por Colombia, por mi gente, por uno mismo, por orgullo. Todas esas cosas le ayudan a uno a lograr estas hazañas.”

Ramírez, bajo la sapiente conducción del técnico Marcos Ravelo, se constituyó así en el primer ciclista aficionado del mundo en ganar una de las pruebas más importantes del profesionalismo europeo, considerada el verdadero prólogo del Tour de Francia e inscribir su nombre al lado de grandes vencedores de la misma, como lo fueron antaño Jacques Anquetil, Raymond Poulidor, Eddy Merckx, Luis Ocaña, Bernard Thevenet y en tiempos más recientes Greg Lemond y el propio Hinault.

El equipo ciclístico aficionado de Colombia se completó en esa ocasión con los corredores Pablo Wilches, Reynel Montoya, Alirio Chizabas, Armando Aristizábal y Francisco ‘Pacho’ Rodríguez, los cuatro últimos marginados de la competencia por diversas circunstancias.

Oscar Pereiro

El exciclista español, Óscar Pereiro, incendió Twitter después de una entrevista con 'Tiempo de Juego' de la Cadena COPE respecto a las consecuencias de la declaración de Lance Armstrong. “Tiene que salir del armario quien tenga cargo de conciencia, yo no lo voy a hacer porque no lo tengo. No hay ninguna prueba de que me haya dopado. El día que me paguen 1 millón de euros como le pagan a muchos diré sí o no. No tengo por qué contestar a esa pregunta. Yo no me voy a exponer, voy a decir solo sí o no, pero con el dinero", reconoció. No hay ninguna prueba de que me haya dopado "Cada época se regula con unas normas y a Armstrong se le puede estar juzgando por unas normas que no había en su época. Ha confesado porque no tenía otra solución legal, pero en su momento corría con las normas de la UCI. El gran problema es de unos señores que dirigen este deporte y que no consiguen controlarlo", añadió. "De todas formas, sin echar mierda a otros deportes, me gustaría que se le diera el mismo trato a positivos de otros deportes. Hay un atleta que se hacía transfusiones, hay un futbolista con la hormona del crecimiento y está idolatrado…un ciclista lo hace para doparse y los otros para cuidarse. Para uno es un dopado y otro es porque los colores y el amor de un club hacen que tenga que estar a tope en cada partido y en cada competición". "Hay gente patética que solo tiene cojones de hablar cuando les pillan. ¿Por qué no lo hicieron en otra época? Esta entrevista fue fría y calculadora, que se ha dopado ya sabíamos que lo iba a decir. Hay muchos ciclistas sancionados por sustancias que en cada partido de Primera hay tres o cuatro infiltrados.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1706606/0/oscar-pereiro/dopaje/ciclismo/#xtor=AD-15&xts=467263
El exciclista español, Óscar Pereiro, incendió Twitter después de una entrevista con 'Tiempo de Juego' de la Cadena COPE respecto a las consecuencias de la declaración de Lance Armstrong. “Tiene que salir del armario quien tenga cargo de conciencia, yo no lo voy a hacer porque no lo tengo. No hay ninguna prueba de que me haya dopado. El día que me paguen 1 millón de euros como le pagan a muchos diré sí o no. No tengo por qué contestar a esa pregunta. Yo no me voy a exponer, voy a decir solo sí o no, pero con el dinero", reconoció. No hay ninguna prueba de que me haya dopado "Cada época se regula con unas normas y a Armstrong se le puede estar juzgando por unas normas que no había en su época. Ha confesado porque no tenía otra solución legal, pero en su momento corría con las normas de la UCI. El gran problema es de unos señores que dirigen este deporte y que no consiguen controlarlo", añadió. "De todas formas, sin echar mierda a otros deportes, me gustaría que se le diera el mismo trato a positivos de otros deportes. Hay un atleta que se hacía transfusiones, hay un futbolista con la hormona del crecimiento y está idolatrado…un ciclista lo hace para doparse y los otros para cuidarse. Para uno es un dopado y otro es porque los colores y el amor de un club hacen que tenga que estar a tope en cada partido y en cada competición". "Hay gente patética que solo tiene cojones de hablar cuando les pillan. ¿Por qué no lo hicieron en otra época? Esta entrevista fue fría y calculadora, que se ha dopado ya sabíamos que lo iba a decir. Hay muchos ciclistas sancionados por sustancias que en cada partido de Primera hay tres o cuatro infiltrados.

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Después de 14 meses se hizo plena claridad sobre el Tour de Francia del año 2006. El ciclista norteamericano Floyd Landis fue oficialmente despojado del fraudulento título logrado en la carrera gala.

 El citado penalista podrá apelar ante la Corte de Arbitraje del Deporte, pero independientemente de ello, está sometido a pagar una suspensión de dos años, en forma retroactiva, a partir del pasado 30 de enero del presente año de 2007.

En caso de no presentarse reclamo por parte de Landis, será el primer campeón, en los 105 años de historia de la primera carrera de ciclismo por etapas del mundo, que pierde el título por uso de estimulantes.

El director del Tour de Francia, Christian Prudhomme, confirmó al español Oscar Pereiro, como campeón oficial del Tour-2006. Así las cosas, el ciclismo de España, por descalificación de dos pedalistas, se consagra vencedor de las dos últimas ediciones de la carrera francesa.

En el año 2005, el español Roberto Heras, eximio escalador, fue despojado del título de la Vuelta a la península ibérica, logrado ese mismo año

Fabián Cancellara

Comenzó el pasado fin de semana en Londres, la 94º. edición del Tour de Francia, la primera competencia por etapas del mundo, prueba de trascendental importancia, que en razón de los serios cuestionamientos de los últimos años, ha eclipsado su interés a nivel mundial, más no el embrujo para el público inglés, que en las dos jornadas cumplidas hasta la fecha, se volcó a las vías públicas y carreteras del Reino Unido.

La prueba comienza con un marcador optimismo en beneficio del ciclista Alexandre Vinokourov. Este corredor de origen kasajo es un penalista de buen cumplimiento en las etapas llanas y de especial desempeño en las jornadas de cuesta.

El aporte colombiano a esta carrera, que décadas atrás glorificó nombres como los de Luis Alberto Herrera, Fabio Enrique Parra, José Patrocinio Jiménez, Alvaro Mejía Castrillón, Oliverio Rincón y Santiago Botero, entre otros, está representado en el año 2007 por Mauricio Soler, del equipo Barloworld, quien lo hace por primera vez; Iván Parra Pinto, haciendo parte del equipo Cofidis. Tiene la experiencia de dos Tours y Félix ‘El Gato’ Cárdenas, también corriendo por el escuadrón de Barloworld. Compite por segunda ocasión en el Tour.

La prueba parte de la capital inglés con 21 equipos y 189 ciclistas, quienes deberán cubrir un trazado de 3.547 kilómetros, distribuidos en 20 etapas. La carrera va desde el sábado 7 de julio, hasta el domingo 29 del mismo mes en los Campos Elíseos de París. La carrera tendrá dos días de descanso, el lunes 16 y el martes 24 de julio. Cada equipo, en esta ocasión, está compuesto por nueve (9) penalistas.

Un total de once (11) etapas deben terminar en terreno llano y seis (6) con meta en alta montaña. Un total de 21 premios de montaña, premiarán el esfuerzo de los escaladores consagrados. Habrá dos etapas contra el cronómetro en forma individual, además del prólogo, con lo cual la lucha contra las manecillas del reloj suma este año un total de 117 kilómetros.

El hecho de salir de Londres, representa la 16ª vez que tiene como punto de partida un lugar diferente a alguna ciudad francesa. En 1954 partió el Tour por primera vez del exterior, concretamente desde Ámsterdam (Holanda) y la más reciente -2004- desde Lieja en Bélgica.

Aquella etapa inicial de 1954, entre Ámsterdam (Holanda) y Brasschaat (Bélgica), 216 kilómetros, terminó con el triunfo de Wagimans Wout. Al final de los 4.865 kilómetros el triunfo final fue para Louison Bobet de Francia con tiempo general de 140h-06m-05s.

El prólogo del día sábado 7 fue ganado por el penalista suizo Fabián Cancellara, quien cubrió la distancia de 7.9 kilómetros, con tiempo de 08 minutos y 50 segundos, corriendo un promedio de 53,7 kilómetros la hora. Cancellara ya había triunfado en el prólogo del Tour en el año 2004.

La primera etapa en carretera abierta se cumplió se domingo 8, en territorio británico, entre Londres y Canterbury, con trazado de 203 kilómetros. En un violento remate, proyectado desde la parte media del grupo puntero, se impuso el australiano Robbie Mc-Ewen, con tiempo de 4h-39m-01. Fue la novena victoria de Mc-Ewen en su historia personal en el Tour.

Conservó la malla amarilla de líder el suizo Fabián Cascellara, campeón mundial contra-reloj, con tiempo general de 4h-47m-51s, escoltado por Andreas Kloden a escasos 13 segundos.

Martín Emilio 'Cochise' Rodríguez

Un día martes 14 de abril de 1942 nació en el sector de Guayabal, Barrio Cristo Rey de Medellín, Martín ‘Cochise’ Rodríguez. Muy pronto, a escasos once días de su nacimiento quedó en la orfandad: murió su padre, de nombre Victoriano, quien residía en la capital antioqueña desde 1941. Fue entonces cuando doña Gertrudis Gutiérrez, conoció la dura realidad de la viudez. Sobre sus hombros recayó la responsabilidad de levantar y proyectar con éxito una familia numerosa. Don Victoriano, podría decirse, no conoció a Martín Emilio, pero su nombre sirvió de preludio a la serie de triunfos nacionales e internacionales, cosechados por su hijo años más tarde.

De todas las competencia sale por lo regular una figura sobresaliente, así no se lleve el codiciado galardón. Y en el VI Clásico El Colombiano surgió con gran propiedad Martín ‘Cochise’ Rodríguez, quien el proporcionó emoción a la primera jornada y en la segunda luchó como los buenos ases del pedal.

‘Aquí lo vemos, agotando los últimos metros para llegar a la meta final de la extraordinaria jornada...’ Con esta leyenda, que era un pie de foto, se otorgó partida del nacimiento para el deporte del ciclismo a Martín Rodríguez, en las páginas deportivas del ya citado periódico paisa, el domingo 30 de abril de 1961. Ese mismo día, Colombia -en fútbol- aseguró el 50% de su pasaje para el Mundial de Arica (Chile) en 1962, al derrotar en Bogotá al Perú por un gol contra cero, anotación de Eusebio Escobar. Una fecha doblemente histórica en dos disciplinas, las más populares en nuestro medio.

Pretender manifestar quién fue ‘Cochise’, en pocos párrafos, a partir de aquel entonces, es tarea bien difícil. Podríamos ensayar manifestando que su portentoso pedaleo, tanto en la ruta como en la pista lo llevó, además de diversos lugares de Colombia por: Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Perú, Uruguay, Venezuela, Canadá, Estados Unidos, Jamaica, México, Panamá, Puerto Rico, Alemania, Bélgica, España, Francia, Inglaterra, Suiza y Japón. Mal contados -y faltando ‘datos de otros municipios’- 22 países.

Y en cuanto a kilometraje cubierto, contabilizando las pruebas más importantes como aficionado y profesional (no se tienen en cuenta pruebas regionales de menor trascendencia), un total, plenamente verificado, de 69.485 kilómetros.

Contra lo que podría pensarse, ‘Cochise’ triunfó primero en México que en Colombia. Luego de un honroso 6º. puesto en la Vuelta a Colombia de 1961, donde se tituló Campeón Novato, a finales de esa misma temporada fue convocado por el técnico francés José Beyaert para integrar, al lado de Rubén Darío Gómez, Antonio Ambrosio y Alfonso Galvis, la cuarteta criolla a la VIII Vuelta de la Juventud azteca, hacía el mes de octubre. El primer gran campanazo lo proporcionó ‘Cochise’ al ganar la etapa inaugural, México-Toluca y liderar la carrera durante las dos primeras jornadas. Al final ocupó el puesto 17º. a 20m-16s del campeón uruguayo Juan Timón.

La misma prueba mexicana permitió a ‘Cochise’ enseñar sus condiciones de rutero años más tarde. Dos veces sub-campeón, hablan bien claro de su rendimiento. En 1964 el título escapó a sus manos por sólo 11 segundos, frente al indio Porfirio Remigio, quien cuatro años antes, en 1960, ganó frente a Rubén Darío Gómez por 1m y 37s. El segundo sub-campeonato de Martín Rodríguez fue en reñido duelo con su paisano Alvaro Pachón Morales, en noviembre de 1967.

Pero si la ruta azteca negó, por cuestiones de suerte, lo que bien merecido tenía ‘Cochise’, la pista del velódromo Agustín Melgar, en la propia Ciudad de México, le otorgó uno de sus mejores triunfos mundiales. Allí pudo establecer el 7 de octubre de 1970, la nueva marca mundial de la Hora para aficionados. Al cubrir un total de 47,566,24 kilómetros en 60 minutos, ‘Cochise’ coronó un anhelo de mucho tiempo atrás. Su marca fue superior a la fijada -como profesional- por el francés Jacques Anquetil, maestro de la competitividad frente al reloj y quien en su momento en la hora fijó una distancia de 47,493 kilómetros.

A propósito, esta modalidad del ciclismo tiene más de 110 años de vigencia. El 11 de mayo de 1893, el francés Henri Desgranes marcó, en los 60 minutos, un kilometraje de 35,325-.

Si bien las carreteras de nuestro país, así como las de México, Brasil, Venezuela, Chile, Puerto Rico, Panamá, Canadá, Uruguay, etc., sirvieron de escenario para las gestas ruteras de ‘Cochise’ Rodríguez, la pista, especialmente en la modalidad de 4.000 metros persecución individual, proporcionó al crédito colombiano los mejores títulos. Campeón Nacional, Bolivariano, Centroamericano, Americano, Panamericano y Mundial. Media docena de eventos, todos coronados con el máximo galardón. Auténtica hazaña que muy pocos están en disponibilidad de emular, sea en el momento actual o en el futuro.

Al lograr el título mundial de los 4.000 metros persecución en Varese, Italia, con registro de 4m-53s-98m frente a Joseph Fuchs, ‘Cochise’ no era ningún aparecido en esta exigente modalidad de la pista. Contaba con el antecedente de ser semi-finalista en San Sebastián -España- con el mejor tiempo en el óvalo de Anoeta, hombre de cuartos de final en Frankfurt -Alemania- en 1966, igual ubicación en Montevideo -Uruguay- en 1968 y también cuartos de final en Leicester -Inglaterra- en 1970. Una hoja de vida para Campeón.

Pero retornemos a la carretera. Aureolado por sus éxitos de 1961 en México, ‘Cochise’ Rodríguez llegó con una gran imagen a la Vuelta a Colombia del 62. Esa carrera, otra vez la lucha con el cronómetro, la perdió el crédito paisa por mínimos 8 segundos frente al aguerrido boyacense Roberto ‘Pajarito’ Buitrago, quien venía buscándola desde 1957.

Entre 1963 y 1967 la hegemonía de Martín Rodríguez fue absoluta. Cuatro títulos y un sub-título (1m y 49s de diferencia frente al vencedor del 65, el ‘Ñato’ Javier Suárez) son hechos contundentes. Finalmente, en 1969, el último sub-título de la Vuelta, a espaldas del cundinamarqués Pablo Hernández, sirven de argumento sólido para catalogarlo como el mejor exponente del ciclismo nacional, no solamente en la brillante década del 60, sino de todos los tiempos.

Para los Juegos Olímpicos de 1972, en territorio alemán, Munich más exactamente, el deporte de Colombia tenía asegurada la primera medalla de oro olímpica en esta dura disciplina. Los ‘oportunos’ mensajes internacionales, acusatorios de profesionalismo, por parte del dirigente barranquillero Edgar A. Senior Pennha, echaron por tierra esa posibilidad. El máximo organismo internacional, regentado en ese tiempo -1972- por el norteamericano Avery Brundage (murió el 8 de mayo de 1975 a la edad de 88 años), declaró oficialmente, como pedalista profesional, a ‘Cochise’ el día 30 de mayo de 1972.

Esa inapelable e injusta sentencia cambió el curso deportivo de Martín Rodríguez. Viajó a Europa, cosa que debió haber hecho mucho tiempo atrás, y lo cierto del caso es que también triunfó, no obstante restarle ya pocos años de plena actividad. Tenía 31 años, un tanto ‘añejo’ para la lides ciclísticas del viejo mundo.

Entre el 17 de enero de 1973 y el 26 de noviembre de 1975, cuando regresó desde Génova a bordo del buque ‘Rossini’, permaneció Martín Rodríguez en Italia, teniendo como divisa la del equipo Bianchi, al lado del gran campeón mundial, el italiano Felice Gimondi, con quien hizo pareja para ganar, entre otros, el gran Trofeo Baracchi y el Gran Premio Citta Di Verona. A nivel individual fue el primer colombiano en ganar una etapa en el famoso Giro de Italia y poco después imponerse en la XXV edición del Clásico de Camoire, así como en la Vuelta de la Región de Marches. Participó, igualmente, en el famoso Tour de Francia.

A nivel de Vuelta a Colombia, tiene vigente la marca de mayor número de victorias parciales de etapa, un total de 39, ocho de ellas contra el cronómetro, superando por una sola al pentacampeón Ramón Hoyos Vallejo. Esa serie de éxito la inició ‘Cochise’ el 29 de mayo de 1961 con la etapa Armenia-Tuluá y la terminó el 23 de abril de 1980, con la jornada entre Buga y Pereira. El Clásico RCN, el cual ganó por única vez en 1963, lo tiene como el mejor exponente en cuanto a triunfos parciales de etapa. Durante su intervenciones en todas las pruebas de la cadena radial, triunfó en 12 etapas, cuatro contra el cronómetro, registro aún vigente.

Los méritos acumulados por Martín ‘Cochise’ Rodríguez le merecieron, en su momento, ser catalogado como Deportista del Año en cuatro ocasiones, caso único en nuestro medio. El denominado ‘Jet Antioqueño’ obtuvo el premio en 1967, 1968, 1970 -compartido con la nadadora Olga Lucía de Angulo- y en 1971. Pero su mejor presea es la admiración y gratitud de todo el pueblo de Colombia.

Del antioqueño Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez Gutiérrez podría decirse que nació, en los albores de la década de 1960, para el ciclismo de gran fondo en carretera y para las pruebas de velocidad, particularmente en la modalidad de 4.000 metros persecución individual. En esta última disciplina llegó para llenar el vacío dejado por dos grandes precursores de la modalidad de los cuatro kilómetros en nuestro medio: Honorio Rúa e Isaacs Sarmiento, quienes más o menos un lustro antes habían comenzado a enseñar en el Velódromo 1º. de Mayo de Bogotá, las bondades y emociones de esta competencia.

Martín 'Cochise' Rodríguez.Desde 1962, en los IX Juegos Centroamericanos y del Caribe con sede en Kingston (Jamaica) ‘Cochise’ Rodríguez evidenció condiciones muy especiales. En aquella ocasión, en la final de los 4.000 metros, logró el título de campeón con registro de 5’-16”-05, frente al consagrado velocista azteca Mauricio Matta. Esa fue su plataforma de lanzamiento, hasta llegar a campeón mundial de la especialidad nueve años más tarde, luego de pasearse triunfalmente por toda América.

Pero la verdadera potencialidad de ‘Cochise’ para esta prueba frente al cronómetro, comenzó a manifestarse hacia el mes de mayo de 1965, cuando ya era doble campeón de la Vuelta a Colombia, 1963 y 1964. En el velódromo de Medellín (este escenario deportivo aún se identificaba como Atanasio Girardot) fijó para la distancia en referencia un tiempo de 5’-00”-0l, cifra que obligó al periódico El Colombiano a titular: ‘Una fábula para los 4.000 metros ayer’, en crónica que refrendó con su firma el prestigioso cronista deportivo ‘Luisego’.

Como presagio de futuras glorias, el estreno de ‘Cochise’ Rodríguez en un Campeonato Mundial de Ciclismo Aficionado no pudo ser más auspicioso. En septiembre de 1965 asistió al torneo con sede en San Sebastián, España y en la prueba de cuartos de final superó al gran favorito, el inglés Hugh Porter, con tiempo de 4’-56”-20, a la larga el mejor guarismo de todo el evento mundial. Fue tan apabullante la demostración de poderío del colombiano, que el británico declaró al final del duelo:


Debo ser la persona de peor suerte en el mundo. Uno se mata en el sillón de la ronda clasificatoria con la esperanza de tener suerte en el sorteo para los cuartos de final y le toca a uno competir con un individuo que parece volar (‘Cochise’) y registra el tiempo más rápido de todos.

Al final el título fue para Tiemen Groen de Holanda, quien así ratificó el galardón alcanzado un año antes en París. Para lograrlo detuvo los cronómetros en 4’-57”-09, tiempo inferior al de ‘Cochise’, que se conservó para la historia del velódromo de Anoeta, un escenario con capacidad para 7.000 aficionados.

Ese certamen de San Sebastián dejó un balance muy positivo. A partir de esa instancia el nombre de Martín ‘Cochise’ Rodríguez entró a hacer parte de la cúpula mundial de ciclismo en pista, hasta su consagración definitiva seis años más adelante, 1971, en Varese.

A esta ciudad del norte de Italia, ubicada 80 kilómetros al norte de Milán, casi en la frontera con Suiza y con una población de cerca de 400.000 habitantes, llegó la delegación de Colombia el día 20 de agosto. Los deportistas elegidos para las competencias de pista y ruta por la Federación Colombiana de Ciclismo fueron: Martín ‘Cochise’ Rodríguez, Luis H. Díaz, Jorge ‘Batman’ Hernández, José Ramón Garcés, Alvaro Pachón Morales, Miguel Samacá Hernández, Rafael Antonio Niño y Jaime Galeano Rúa. Como técnicos se desplazaron el italiano Claudio Costa en pista y el colombiano Hernán Herrón Arenas en ruta.

Desde el primer momento la figura de ‘Cochise’ despertó especial entusiasmo, habida cuenta de su bien ganado prestigio en las diversas competencias de los 4.000 metros en las que había participado antes. Y sobraban razones para ello pues desde sus comienzos ciclísticos hasta agosto de 1971, el pistero colombiano acumulaba los títulos de: doble Campeón Centroamericano y del Caribe de la especialidad, triple Campeón Americano de la misma modalidad, Campeón Bolivariano y dos veces consecutivas Campeón Panamericano (Juegos de Winnipeg y Cali). Además de lo anterior, medallista de plata en la III Semana Preolímpica celebrada en Ciudad de México en octubre de 1967, cuando perdió en reñido final con el italiano Cipriano Chemello. Como rúbrica a su excepcional hoja de vida deportiva, 10 meses antes, nuevo poseedor de la Marca Mundial de la Hora en Ciudad de México.

Para la cita cumbre de Varese, la responsabilidad de llevar la representación de Colombia en los 4.000 metros persecución individual recayó de nuevo en ‘Cochise’ Rodríguez y Luis H. Díaz, apodado ‘La Bala Colombiana’. De ambos velocistas, cada uno por su lado, se esperó lo mejor.

Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez. Campeón mundial de 4.000 metros persecuciónDesde el comienzo ‘Cochise’ hizo evidente su anhelo de triunfo. En las pruebas clasificatorias efectuadas el miércoles 25, ocupó la primera posición al registrar un tiempo de 4’-53”-78, corriendo frente al polaco Milan Pirzla a un promedio de 49,012 kilómetros la hora. En virtud de tal desempeño, la serie de cuartos de final la disputó contra el octavo mejor tiempo de la serie preliminar, es decir frente el soviético Viktor Bikov. Allí el antioqueño puso de manifiesto una vez más su gran momento deportivo y con guarismo de 4’54”-45, el mejor, superó con amplitud a su rival y se ubicó a las puertas de la fase semifinal.

Por su parte Luis H. Díaz, no obstante su calificado registro de 5’-02”-62 frente al polaco Mieczyslaw Nowicki, no pudo clasificar entre los ocho mejores tiempos. Su estreno mundial en esta clase de competiciones se catalogó como bueno.

Pero el éxito de ‘Cochise’ mitigó todos los demás contrastes. Su triunfo sobre el soviético Bikov motivó en el ciclista colombiano una enorme emoción, la cual llegó hasta incontenibles sollozos, compartidos con su técnico Claudio Costa, un reconocido estratega italiano de 50 años, quien orientó y alentó al crédito colombiano cuando la obtención del registro universal de la hora.

La fase semifinal de los 4.000 metros se cumplió luego de varios aplazamientos por razones de mal tiempo reinante. ‘Cochise’ Rodríguez aventajó al polaco Jerzy Glowacki, mientras el suizo Josef Fuchs hizo lo propio con el italiano Giacomo Bazzan.

En esta crucial fase clasificatoria ‘Cochise’ tuvo un enfrentamiento holgado, mientras Fuchs, que buscaba retener para su país el título logrado por Xavier Kurman un año antes en Leicester (Inglaterra) ausente en esta ocasión por fractura de una clavícula, solamente pudo superar a su antagonista por escasas 10 centésimas.

La gran final puso sobre la pista de cemento de 444,5 metros a los dos mejores exponentes de la modalidad persecutora mundial del momento: ‘Cochise’ Rodríguez y Josef Fuchs. Desde el pistoletazo inicial el colombiano impuso un ritmo fantástico y después de tres vueltas ya tenía una ventaja de 3”-71 centésimas sobre el suizo. A mitad de competencia ese margen se amplió a más de cuatro segundos.

Los tiempos parciales del campeón colombiano y mundial para alcanzar el máximo galardón en Varese fueron los siguientes:

la. Vuelta ------------- 3l”- 03
2a. Vuelta ------------ l’- 04”-00
3a. Vuelta ------------ l’- 34”-85
4a. Vuelta ------------ 2’-06”-00
5a. Vuelta ------------ 2’-36”-00
6a. Vuelta ------------ 3’-12”-41
7a. Vuelta ------------ 3’-49”-62
8a. Vuelta ------------ 4’-21”-42
9a. Vuelta ------------ 4’-53”-98

Ese tiempo de 4’-53”-98 le permitió establecer un promedio de 48,972 kilómetros por hora. El triunfo del crédito antioqueño tuvo un doble valor, pues se constituyó en el primer galardón mundial para un velocista del continente americano. Anteriormente la máxima aproximación a un título universal de 4.000 metros había sido en 1947, cuando en París (II Campeonato Mundial) el uruguayo Atilio Francois fue medalla de plata al escoltar al italiano Benfenatti, quien con registro de 5’-20”-02 hizo suya, en aquel entonces, la presea de oro.

‘Cochise’, quien en alguna ocasión manifestó con gran fervor patriótico que “sólo estaré contento cuando le entregue a mi país un título o una marca mundial,” pudo hacer realidad aquel deseo exactamente a los 10 meses y 24 días de haberse coronado campeón mundial de la hora. Como quien dice que en un plazo inferior a un año materializó su sueño y por partida doble. Y como si lo anterior fuese poco, entre uno y otro título mundial, se clasificó Campeón Panamericano de los mismos 4.000 metros persecución en el velódromo Alcides Nieto Patiño de Cali, en pleno desarrollo de los VI Juegos Panamericanos.
 

bogotano.El triunfo mundial de ‘Cochise’ se vivió en Colombia hacia las cuatro de la tarde del día 27 de agosto de 1971, de ello hace pues 35 años. En la carrera séptima de Bogotá, una de las vías tradicionalmente más concurridas de la capital, la gente se reunió frente a los televisores de los diversos almacenes de electrodomésticos, para seguir muy de cerca la transmisión. La radio y la televisión cubrieron todos los pormenores de la competencia desde tempranas horas. Al conocerse el triunfo de ‘Cochise’, el entusiasmo colectivo fue inmenso. Como es habitual en estos casos, la reacción natural del pueblo colombiano fue izar la bandera nacional y lanzar papel picado desde los edificios más altos en señal de total gozo, manifestación que se realizó no sólo en Bogotá sino en todo el país y se prolongó hasta bien entrada la noche.

Como apunte meramente anecdótico, vale la pena recordar que los prestigiosos locutores deportivos Julio Arrastía Bricca y Alberto Piedrahíta Pacheco, tuvieron a su cargo la transmisión por televisión en el momento cumbre de la prueba. Pese a verse en todo momento en la pantalla chica una ligera ventaja de ‘Cochise’ Rodríguez sobre Fuchs, Arrastía hacía alusión, con lógico desencanto, al triunfo parcial del suizo, hasta que Piedrahíta Pacheco con su inconfundible acento le dijo al aire: "Me parece Julio que Martín va ganando..."

Concluida la competencia y mientras ‘Cochise’ Rodríguez recibía la camiseta distintiva de Campeón del Mundo, así como la medalla de oro de manos del presidente de la Unión Ciclística Internacional, Adriano Rondoni, el técnico Oscar Platner, orientador del suizo Fuchs, manifestaba a la prensa:


Para mi ‘Cochise’ merecía el título del mundo. De mi parte en esta ocasión todos los errores han sido corregidos y ahora por lo tanto el triunfo de ‘Cochise’ es más que merecido. Como campeón del mundo debe prepararse ahora para defender su título en los Juegos Olímpicos de Alemania.